22 de octubre 2021.
Ciudad Valles, San Luis Potosí a 22 de octubre del Año del Señor 2021.
¡Señor mío y Dios mío!
Hija mía tu Señor Yo Soy. La voz que clama en el desierto. Se les dijo rectificar vuestros caminos para la venida del Señor y no a cambiado en nada la propuesta. El Señor viene de vuelta rectificad vuestros pasos a la venida de Cristo que ya llega.
Sus corazones atentos en la espera santa.
Si van bien preparados, a nada teman. Teman sí los que a sus anchas pecan, los malhechores, los ennegrecidos por las faltas aquellos que le voltean el rostro a lo Santo, ellos no serán bienaventurados los de corazón duro y amargo como la hiel, esos teman sí a la justicia divina que ya llega, aterriza ya por la vereda santa.
Y llega ya el día que a la derecha las ovejas y a su izquierda los cabritos o lo que es lo mismo a la derecha los que siguieron mis mandamientos y a la izquierda quienes los objetaron.
¿han visto al Sol declinar o a la Luna oponerse?
¿Acaso el servidor es más que su amo?
Todo lo que sube puede bajar, pero no todo lo que baja sube.
El que tenga oído escuche y mire bien por donde anda.
Para pecar hay que consentir, miren bien no caer ante las sugerencias del Diablo, la serpiente antigua que a todos quiere engañar.
Les librare de las insinuaciones del Diablo a todo aquel que creyere que Cristo es el Señor que vino a salvarlos; a aquel que profese su fe ante el Altísimo y renazca desde el Espíritu.
Así he hecho y así será Yo su Dios los libera de las cadenas del pecado he invitados son a anunciar el evangelio.
Mi palabra no pasa de moda porque mi palabra está viva en el hoy y en el ahora en un eterno presente inamovible.
Soy su Dios y soy su Padre y como hijos ustedes deben ser obedientes. Yo los amo y espero retribución al amor incondicional e infinito que les profeso. A mis ángeles envío a cuidarles no los desamparo en el mundo.
Confíen en este su Dios que no abandona.
En la tormenta en la reyerta ahí estoy contigo, mis niños de teta, que aún no andan y ya quieren correr.
Yo los conozco desde antes de los tiempos, se de que pie cojean, conozco sus fortalezas y debilidades a mí nadie me viene a contar porque lo conozco todo.
Y cuando tú te inclinas ante mí yo ya sé que me vas a decir, por quien vas a orar, cual es tu petición o se bien tu pecado del cual no quieres hablarme.
Hijos míos Soy su Padre y como tal yo los comprendo. Quieran ser buenos como su Padre lo es, oren en lo secreto que Yo ahí estoy también. No se me oculten porque los encontraré.
Que bonito es que vivan bien y que felices y alegres se les vea. Confíen en este su Dios y lo demás se les dará por añadidura.
Tengan fe y oren, oren mucho que mucho hace falta, por sus hermanos oren, aquellos que van aun en tinieblas. Oren para que abran sus ojos y la venda que llevan caiga. Oren para que sean otros en el Espíritu, que renazcan a mi Palabra a mi voz, que escuchen y no tengan su escucha tapiada y/o oídos cerrados.
Cuanto ama aquel que ora por sus hermanos, ámense los unos a los otros eso dice el Señor.
Ámense y dejen fuera el desdén. Yo los ayudare, clamen al Señor que escucha.
Sean fieles y ganaran mucho. No pisen la soga porque pueden ser cazados. Miren bien por donde andan sus pasos.
Que El Redentor los guie por buen camino y que nunca se pierdan en el orgullo ni en la vanidad he dicho.
Con amor y fe estarán conmigo Yo su Dios Eterno Les Bendigo.
Infinito.
Dibujo de un árbol de peras. Frutos grandes.
Por sus frutos los conoceréis.