2 de julio del 2005

2 de julio del 2005

2 de julio del 2005.

Soy María madre de Jesús de Belem cuando niño me fue impensable creer en cierto de que tan frágil criatura salida del vientre mío fuera tan Grande tan Mayúsculo a los ojos del Padre Dios de los Cielos y de La Tierra. Yo era creyente y confiaba en el Ángel Gabriel. Más al mirar mi niñito en mis brazos yo le hablaba mucho y lo traía caminando y él me veía con sus ojos hermosísimos y tan expresivos y amorosamente sonreía y le cantaba a mi sol, le decía yo -mi solecito de la mañana que has visto a traerme alegría dicha y felicidad, ¿cómo tú pedacito de cielo puedes irradiar tanta luz? Y él me observaba como movía mis labios y balbuceaba reía y gorgoreaba sus manitas muy inquietas y patadas por mi vientre a montones con tal fuerza que tenía que ponerlo de frente para que sus pataditas dieran al viento.

Muy chiquito muy inquieto y atrevido, saltarín y nadita llorón. No me dio trabajos no fue remilgado y sí muy acomedido.

Mi familia comparaba el tamaño de Jesusito con su primo casi hermano Juan y con otros chiquitines y me decía mi madrecita dale de comer a esa criatura mira sus huesos por debajo se le miran muy diferente a otros niños regordetes hasta hoyitos se les hacen en cambio Jesús va que vuela a parecer avestruz panza panza cabezón y las patas largas, zanconas flacas flacas. Más con el tiempo madrecita Santa Ana se cayo pues en un tiempo no muy largo comenzó a cambiar el patito feo en un hermoso cisne. Mi hijo con su gran gozo reía reía reía, tierno niño risueño hasta con sureños. Bello carácter se formó de la gracia de su padre, divertido y ocurrente y muy muy inteligente. No es que sea por decirlo yo su madre santa, si lo digo como mamá gansa. Tenía dos manazas más valían como 8 de araña.

Un tipejo apareció por la campiña y en seguida se rodeo de niños pues traía en su saco un buen cargamento de serpientes de variadas especies y las dejo salir y una buena vecina corrió pronto a advertirme, -corre María que en la campiña están los niños con el hombre de serpientes. Pasos fueron los que yo di al encuentro de aquel tipo que ya lo abrazaban las víboras por todos lados Jesusito tenía 4 años y hasta el frente y azorado veía el espectáculo cuando lo divisé corrí aún más fuerte pues que he visto una serpiente amarilla transparente se acercaba al lugar en donde estaba mi niño. Yo pensaría que Dios me empujo pues que he caído con mi pie encima de toda ella y las vísceras le saque. Tomé a Jesús por los hombros le di la media vuelta y corriendo me alejé. El hombre con sorna y burla no buena comenzó a reír. Libranos Dios mío de todo mal suplique.

No todo eran sustos había alegrías inmensas cuando cosechaban había fiestas y bailábamos animados por las plazuelas.

Por las tardes despedíamos al sol con una oración y ya en la noche asomábamos la cabeza a mirar las estrellas ¿te das cuenta Gü? Que observamos y vivimos en el mismo mundo y en esto podemos ser como muy hermanas del mismo mundo y el cielo estelar porque sí bien que es el mismo. Respiramos los mismos aires y nos extasiamos del mismo sol y la misma luna y para terminar pronto somos hijas del mismo Padre hermanitos somos todos. Más grande encomienda a dado mi hijo al entregarme como hijos a todita humanidad.  Bellos y gratos hijos del padre cuan feliz me encuentro de tenerlos.

Hijitas mías vayan con Dios a seguir la última revisión de las letras.

Les ama María

 

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